La enorme importancia que se empieza a conceder al turismo gastronómico se manifiesta en las importantes publicaciones que lo estudian y difunden y en los organismos públicos que lo interpretan como uno de los nuevos pilares a tener en cuenta en todas las acciones turísticas.
Siendo Huelva una provincia con excelentes materias primas, punto estratégico en el intercambio histórico con América, nuestro I ENCUENTRO IBEROAMERICANO DE COCINA pretende mostrar estas potencialidades de los paisajes gastronómicos onubenses.
Os mostramos a continuación un interesante artículo sobre la materia:
Turismo Gastronómico Sostenible
Artículo aparecido en: http://www.boletin-turistico.com
A pesar de que su reconocimiento por el
mundo científico y académico ha sido muy reciente, el patrimonio gastronómico
de los pueblos siempre ha existido y generado desplazamientos sociales por
diversas causas. Esto debe propiciar que la gastronomía “sea conceptualizada de
manera urgente como motivo prioritario de estudio multidisciplinar e
intersectorial” por su relación directa con la agricultura, el comercio, las
exportaciones, la restauración, el alojamiento, la salud, etc., ya que forma
parte del sistema alimenticio, el cual hay que preservar urgentemente con un
sistema de seguridad alimentaria regional sostenible ante los embates de la
globalización y los grandes conglomerados que dañan el comercio justo en la escala
regional, por su venta de productos modificados genéticamente (transgénicos), a
bajos costes y, en varios casos, precursores de problemas de salud por la falta
de investigación e información acerca de sus consecuencias al consumirlos.
Uno de los objetivos principales para el desarrollo del turismo
gastronómico es ayudar a comprender y reconocer la dimensión de la gastronomía
como una “motivación principal para realizar un viaje turístico que propicia
por sí misma el desplazamiento; “razón de ser del hecho turístico”.
El turista es conocedor de alto nivel cultural con responsabilidad social
del entorno que visita, aventurero que desea viajes únicos e inolvidables y una
gama de actividades alternativas que complementen e integren el paquete
personalizado que demanda con calidad, seguridad y alimentación saludable y disfrutable
no solo de manera biológica sino también por medio de experiencias sensoriales
y espirituales inolvidables, con un servicio humano de clase mundial.
La gastronomía es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de los pueblos
en la categoría de cocinas tradicionales, saberes culinarios y prácticas
domesticas de la UNESCO, la cual ha sido por mucho tiempo conceptualizada
solamente como elemento complementario del viajero, sin embargo en los últimos
años se han desarrollado flujos de turistas especializados cuyo principal
motivo del viaje es la gastronomía, actividad que originalmente tomo fuerza en
Francia quien logro exportar su cultura gastronómica al mundo y actualmente
España sobresale con toda una revolución de técnicas obtenidas con el apoyo de
la ciencia basadas en una filosofía conceptual lidereada por grandes Cocineros
como Ferran Adrià, Joan Roca, Andoni Luis Aduriz, Jean Marie Arzak, Martin
Berasategui entre otros muchos.
De igual modo esta revolución gastronómica se ha extendido a América donde
son notorios los trabajos realizados por el Chef Gastón Acurio (Perú)
considerado el embajador de la gastronomía de América, Chef Alex Atala (Brasil)
y Enrique Olvera (México) por lo que varios de los Cocineros importantes de
Europa y otros continentes están realizando trabajos de investigación y
reinterpretación con técnicas innovadoras de las famosas e históricas cocinas
prehispánicas como la Inca, Quechua, Maya y la Andina que se consolida como una
de las grandes tendencias mundiales.
A pesar de ello la gastronomía generalmente ha sido considerada un
complemento indisoluble del turismo; todo viajero tiene que satisfacer una
necesidad biológica a lo largo del día: comer. Sin embargo, en la actualidad
esta “necesidad” se puede contemplar de diferentes formas: la más evidente es
como parte fundamental del sistema alimenticio de la humanidad, aunque también
puede apreciarse como un estilo de vida saludable y, en un aspecto más amplio y
novedoso, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que fue
reconocido por la Unesco el 16 de noviembre del 2010 en Nairobi, Kenia, al
integrar a la lista representativa del patrimonio los expedientes de: México
–La cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva-: El
Paradigma de Michoacán, España, Grecia, Italia y Marruecos –La Dieta
Mediterránea- y Francia - la comida gastronómica de los franceses – lo que
marcó un antes y un después en la humanidad.
Es cierto que el turismo ha traído grandes beneficios y crecimiento
económico en los países líderes en este sector, pero también lo es que dichos
beneficios, en el mayor de los casos, no han sido permeados a los diferentes
estratos sociales. El turismo entra en una etapa de crecimiento después de la
Segunda Guerra Mundial, se comienza a hablar “del turismo de masas”. La rapidez
de esta oleada de turistas y la “falta de planificación” en temas como la
disposición territorial y geográfica, el ordenamiento de los recursos turísticos,
y la carencia de políticas públicas medioambientales de preservación del
Patrimonio Mundial, entre otras, “tuvo como consecuencia un crecimiento
improvisado y desordenado con una gran cantidad de impactos negativos; que han
afectado principalmente a los habitantes de las localidades y regiones
turísticas”. Por citar algunas de estas repercusiones se pueden mencionar: la
erosión del territorio, disminución de recursos naturales, deterioro del
Patrimonio Cultural, altos costes en los servicios de la comunidad,
contaminación visual, escasez de productos alimenticios, abandono del campo en
la agricultura, incremento de importaciones, transculturación, inmigración,
entre otros detractores del desarrollo.
Por esta razón se ha buscado dar solución a esta problemática con nuevos
planteamientos acordes a las necesidades actuales y futuras, ya no sólo del
turismo, sino principalmente enfocados a la comunidad local. El tan trillado y
poco efectivo término de “sostenibilidad” demanda acciones concretas con
planes, programas y proyectos que partan del ámbito social de la localidad,
como símbolo de respeto, ética y paz con sus habitantes, pero a su vez, estos
planes deben estar respaldados por las políticas públicas nacionales,
estatales/comunales, municipales y locales para generar sinergias, evitar la
desintegración, los altos costes y bajos resultados que esto significa.
En los estudios de viabilidad para los proyectos turísticos pocas veces se
expone dicha viabilidad entre la sociedad residente. Como consecuencia, los
habitantes de estos lugares no son conscientes de los posibles efectos
negativos del turismo, o de los enormes beneficios que se pueden obtener al
concebir a ésta de manera planificada y de común acuerdo con la mayoría de los
integrantes de las comunidades que conforman una región.
Por ello la importancia de generar un modelo de planificación gastronómica
y turística regional que busque desarrollar el turismo gastronómico al
preservar el patrimonio gastronómico y disminuir los impactos negativos del turismo
mediante “la planificación como alternativa necesaria frente al problema de la
improvisación en el desarrollo del turismo gastronómico regional” que,
contrario a los modelos tradicionales de planificación turística, no tiene como
prioridad “en primera instancia a la demanda de mercados externos”, sino el
poder ofrecer en principio, beneficios a los grupos sociales más vulnerables de
las comunidades, por lo que “el modelo para ser viable, tiene como principal
condicionante la sostenibilidad del sistema alimenticio con excedentes de
producción en la región minimo a 15 años y la voluntad de la mayoría de sus
habitantes, de comercializar productos y servicios, gastronómicos y
turísticos”, para así poder ofrecer una excelente alternativa complementaria de
desarrollo; pero “no la principal”, pues, existen imprevistos que implican
altos riesgos de estacionalidad e incontrolables naturales relacionados al
endeble sistema agroalimenticio.
El gran reto es que al crear servicios, productos y destinos de manera planificada
“el turismo gastronómico sea considerado a la brevedad como un producto
turístico prioritario, respaldado por políticas públicas internacionales y
nacionales vigorosas, que le conviertan en una excelente herramienta para
coadyuvar de manera respetuosa, ética y pacífica al desarrollo social regional
sostenible en Iberoamérica y el mundo”.